Polonia es un país que ha logrado conservar gran parte de su riqueza cultural a pesar de la destrucción que experimentó durante la Segunda Guerra Mundial. En ese sentido, hay catorce sitios declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y ha logrado una clasificación de “muy alto” en términos de desarrollo humano.
La población polaca es en general muy religiosa y muchas de las actividades y celebraciones giran en torno a la religión. Es por eso que los polacos destacan por su gran hospitalidad y valor familiar.
La cultura se ha nutrido de una gran variedad de tradiciones populares, con influencias procedentes de Francia, de los países escandinavos, Rusia, y, más recientemente, los Estados Unidos.