Soy Julián Higuera y llevo siendo parte de AFS desde 2014. Mi recorrido comenzó como voluntario y familia anfitriona, y luego, en 2019-2020, viví la experiencia de ser participante en un intercambio a Alemania. Hoy en día, formo parte de la Junta Directiva de AFS Colombia Ecuador, y puedo decir que todo esto ha sido un viaje increíble.
Lo que me llevó a participar en un programa de intercambio fue mi deseo de expandir mis conocimientos y aprender de otras culturas. Quería retarme, encontrar las diferencias entre mi forma de ver el mundo y la de otros lugares. No solo buscaba ese enriquecimiento cultural, sino también la oportunidad de llevar mi cultura a otros rincones del mundo.
Mi experiencia con AFS fue definitivamente un reto, pero uno que cambió mi vida por completo. Estar en otro país, inmerso en otra cultura, es algo que te enseña mucho, pero también pone a prueba tus capacidades. Lo que más aprecio de AFS es que nunca me sentí solo; siempre tuve el apoyo necesario y me sentí parte de algo más grande.
Hoy, al mirar atrás, me doy cuenta de cuánto me ha impactado esta experiencia. Mucho de lo que soy profesionalmente se lo debo a los aprendizajes interculturales que viví gracias a AFS. Me considero un líder tanto en mi trabajo como en mi comunidad, y gran parte de eso se lo debo a la capacidad de aceptar y celebrar las diferencias que desarrollé durante mi intercambio.
Si tuviera que destacar un aspecto de la cultura alemana que me marcó, fue la diferencia en cómo se construyen las relaciones. En Alemania, la gente es más reservada, y toma tiempo crear lazos cercanos, algo muy distinto a lo que estamos acostumbrados en Latinoamérica, donde las relaciones surgen rápidamente. Para mí, fue retador adaptarme a esa distancia inicial, pero también aprendí a valorar las conexiones más profundas cuando finalmente se dan.
Mi consejo para los futuros participantes es: abran la mente, el corazón y estén dispuestos a aprender de las diferencias. El mundo es inmenso, lleno de culturas, religiones, idiomas y formas de ver la vida, y todo eso tiene un valor incalculable. Escuchen y aprendan de cada persona que conozcan durante el proceso.
Felices 65 años AFS, educando para la paz.