Soy Yul Ramírez, del Comité de Cúcuta, y llevo más de siete años como voluntario de AFS Colombia. Mi amor por las culturas y los idiomas fue lo que me inspiró a unirme a esta gran red. Desde entonces, cada experiencia ha reafirmado mi decisión, pero si tuviera que destacar una, sería el momento en el que compartí con 42 estudiantes de intercambio en el Amazonas.

Aquella experiencia fue única no solo porque era mi primera vez en esa región, sino porque tuve el privilegio de ver el asombro y la felicidad en los ojos de los estudiantes mientras descubrían la majestuosidad de nuestras selvas, las tradiciones de las comunidades indígenas y la riqueza cultural de Colombia. Su alegría al aprender sobre nuestro país me llenó de orgullo y reforzó mi deseo de mostrarles más de lo que somos.

El impacto de nuestra labor como voluntarios es claro cuando escuchamos a los estudiantes hablar de Colombia con admiración al regresar a sus países. Sus relatos a familiares y amigos sobre nuestra hospitalidad, naturaleza y cultura son prueba de que estamos logrando algo grande. De igual forma, las familias anfitrionas y los colegios, al describir a los participantes como hijos o miembros más de sus comunidades, demuestran que estamos creando lazos auténticos y significativos.

Con cada intercambio, AFS no solo transforma vidas individuales, sino que también promueve un entendimiento profundo entre culturas. Felices 65 años educando para la paz y llevando un pedacito de Colombia al mundo.