Estudia en un colegio de Dinamarca con programas de un semestre o un año escolar. Una magnifica oportunidad para visitar el norte de Europa, sumergirte en una nueva cultura y convertirte en un ciudadano global.
Dinamarca
El amor de la gente, la fuerza de Dinamarca
La familia
Es común que en Dinamarca los miembros de la familia compartan las tareas del hogar. También, suelen fijar ciertas normas de convivencia y sobre sus actividades sociales, como la hora de regreso a la casa, sobre el uso del baño y del televisor. Para las familias danesas es importante disfrutar juntos las comidas pues es el tiempo para compartir las actividades diarias que todos realizan. La puntualidad es un valor fundamental en la cultura danesa y es muy importante llegar a tiempo a las citas. Llegar 5 o 10 minutos tarde es visto como un acto de descortesía y de mala educación.
La cocina
La cocina danesa se basa principalmente en el pescado, la carne y las papas, pero nada la resume mejor que el smorrebrod (pan con mantequilla), un sánduche abierto por la mitad, que puede variar desde lo más sencillo hasta elaboradas creaciones. Entre los platos típicos se encuentra el Flæskesteg (cerdo asado con chicharrones), el gravad laks (salmón curado o salado con salsa dulce de mostaza) y el hvid labskov (estofado de ternera hervida y cortada en trozos, con papas, laurel y pimienta). También son famosos sus deliciosos pasteles de hojaldre wienerbrod que se consiguen en las pastelerías que hay en cada esquina.
Visita la página web de AFS Dinamarca: www.afs.dk
Mi aprendizaje intercultural
Cada día es un desafío
Por Daniel Felipe Carrascal Camacho. Programa escolar ciclo 2017.
Al iniciar este viaje, no sabía muy bien con lo que me podría encontrar, si sería como había sido poco antes en otro viaje o si me enfrentaría a algo completamente desconocido. No lo negaré, siempre está la duda de qué pasará, pero si nunca lo intentas, nunca lo sabrás. Así que sin pensarlo mucho me adentré en esta experiencia única y, créanme, no me arrepiento.
Después de nueve meses les puedo asegurar que fue la mejor decisión de mi vida, donde he podido conocer una cultura completamente diferente a la mía, personas tan únicas como sólo ellas, una segunda familia que perdurará por años y amigos que son como hermanos. Ser estudiante de intercambio suena fácil, mucha gente dice que es un año sabático, que es muy fácil; pero déjenme decirles que es lo contrario, y que no es para cualquiera, cada día es un desafío, hasta la cosa más pequeña representa algo nuevo, el hecho de estar por un año sin tu familia y amigos es salir de tu zona de confort y cuando lo alcanzas, de hecho, es el mejor sentimiento, créanme.
Dinamarca se ha convertido en mi casa, una casa que no deja de impresionarme. Su cultura tan interesante y tan milenaria, ¡tierra de vikingos! Con su idioma que a decir verdad fue todo un desafío. Me ’sacó canas’ con sus pronunciaciones y sonrisas cuando poco a poco le encontraba el truco, pero también mucha satisfacción cuando pude entender, así fuera un poquito. Sí les digo que los primeros tres meses no entendía ni muu es poco. Y sumarle la gente, son gente increíble pero muy diferente a nosotros, son especiales de otra forma y tienes que descubrirla para poder ser parte de ellos, ser parte de su cultura, de sus tradiciones.
¡Gracias Dinamarca!
«Estoy segura de que ser estudiante de intercambio traerá muchos beneficios a mi vida profesional. Por mi parte me gustaría trabajar en el gobierno colombiano y estando aquí en Dinamarca me di cuenta que mejorar y construir país toma tiempo y es posible. Son incontables las cosas que he aprendido del gobierno danés, sobre el sistema de educación y el concepto de bienestar que procura el gobierno darle a los ciudadanos. Esta experiencia me ha ayudado a decidir mi carrera profesional, a fijar metas claras con fines globales y que me ayuden a entender un poco más este insospechable mundo.
Ya tengo varias puertas abiertas de amigos y contactos para volver no solo a este país sino a otras partes de los cinco continentes. Es muy agradable encontrarse personas con los mismos intereses y la misma energía por conocer el mundo y compartir culturas desconocidas. Así que el único miedo que un estudiante de intercambio debe tener es, dejarse cautivar por las millones de posibilidades que se despiertan después de ésta experiencia».
– Paula Alejandra Jaime Méndez