Hola, soy Oscar Enrique Valbuena López, voluntario del Comité de Ubaté. Mi experiencia en AFS comenzó hace varios años cuando, junto a mi familia, decidimos ser familia anfitriona. Desde entonces, hemos recibido participantes de países tan diversos como Austria, Bélgica, Alemania, Groenlandia, Tailandia, Brasil e Italia, lo que nos ha permitido conocer diferentes costumbres, idiomas y maneras de ver el mundo.
Además de ser familia anfitriona, también hemos sido familia de envío. Mis hijas han vivido experiencias transformadoras a través de AFS. Mi hija mayor participó en un intercambio escolar en Berna, Suiza, y ahora vive en Viena, donde estudió música. Mi hija menor, por su parte, está actualmente en un proyecto de voluntariado en Alemania, lo que me llena de orgullo y gratitud hacia esta organización.
Una de las razones por las que me decidí a ser voluntario en AFS fue precisamente la oportunidad que tuvieron los hijos de mis amigos y coterráneos al participar en intercambios. La experiencia que vivieron mis hijas fue el impulso final para sumergirme completamente en este mundo de aprendizaje intercultural. A lo largo de los años, he tenido el privilegio de ser parte de este proceso, lo cual considero una labor profundamente gratificante.
Mis momentos más memorables en AFS han sido con los participantes que hemos recibido en casa. Hemos compartido con ellos no solo nuestro hogar, sino también cariño, comprensión y amor. A cambio, ellos nos han enseñado sus culturas, sus formas de ver la vida, y hemos creado lazos que perduran en el tiempo. Muchos han regresado a nuestra casa con abrazos de gratitud, recordando con alegría su tiempo en Colombia.
Para cualquiera que esté considerando ser voluntario de AFS, les digo que no lo duden. Es una experiencia transformadora, tanto para los participantes como para nosotros, las familias anfitrionas. Aprendemos a vernos a nosotros mismos y a los demás como personas únicas e íntegras, y eso es lo que hace que AFS sea tan especial. Nos convertimos en embajadores de la paz y la interculturalidad, contribuyendo a la construcción de un mundo más unido.
AFS está en la vanguardia de los cambios que el mundo necesita. A través de la educación intercultural, contribuimos a reducir desigualdades y fomentamos la paz y la justicia. Estoy orgulloso de formar parte de AFS Colombia, que celebra 65 años educando para la paz.