Rocío vive en el departamento del Meta en Colombia. Conoció a AFS en el 2008 y desde entonces ha sido madre de 5 hijos de intercambio.
Su familia, conformada por su esposo Miguel, sus hijos Juan Camilo y Juan Nicolás es muy cercana a AFS y son conocidos entre el voluntariado por su bondad y amabilidad en el momento de acoger estudiantes de intercambio, no solo en su casa sino en todos los llanos orientales, por mostrarles lo mejor de la cultural y por hacer que participantes internacionales digan que son «orgullosamente llaneros».
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Cada experiencia es diferente, sobre todo cuando hablamos de las costumbres y tradiciones que vienen con cada participante. Los Chaves Bonilla han sido anfitriones de participantes de Alemania, Bélgica, Brasil, Italia, Suiza, Tailandia y Suecia, «con ellos he aprendido a ser más flexible, menos rigida, He aprendido a escuchar más».
Después de la experiencia de intercambio los Chaves Bonilla y sus hijos de todo el mundo han podido reencontrarse. «Hemos tenido la oportunidad de ir a visitar a alguno de ellos a sus países y ellos han regresado. Después de como 5 años regresó nuestro primer hijo Biko, un alemán como de 2 metros y yo mido 160. Se dobla a saludarme y me dice “se siente bien regresar”»
Rocio dice que espera muy pronto ser una “Abuela Global”, y que alguno de sus hijos de intercambio le presente a sus hijos para seguir con esa linda tradicion intercultural que define a su familia.
Para Rocío esta es una experiencia que todas las familias deberían vivir, para que cada una sea una oportunidad de aprendizaje, para asumir conversaciones incómodas y propiciar el entendimiento en las relaciones interculturales.
«Es mágico, es maravilloso, es hermoso» así definen esta experiencia.
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