Por: Daniela Agreda
Hola a todos, mi nombre es Daniela Agreda, tengo 17 años y desde hace casi 2 años soy voluntaria de AFS Colombia en el comitè Putumayo.
¿Cómo llegué a AFS a ser voluntaria?
Siempre me ha gustado aprender nuevos idiomas, conocer otras culturas y países. Un día del 2019, hablando con mis padres, tomamos la decisión que sería muy bueno para mi vida realizar un intercambio y así fue cómo conocí a AFS.
Aunque, en ese tiempo no sabía mucho, la presidenta del Comité Putumayo me invitó a ser voluntaria para terminar de “convencerme” para irme de intercambio.
Soñaba con viajar a Alemania o a Italia, hice las dos postulaciones para los programas de AFS y por motivos de la vida no pude viajar, pero sí me quedé como voluntaria y ha sido una de las decisiones más bonitas que he tomado.
¿Qué les diría a los jóvenes que les gusta conocer nuevas culturas y nuevos idiomas?
Los limites los ponemos nosotros mismos, tenemos miles de oportunidades y en nosotros está el saber aprovecharlas. Los invito a unirse a AFS como voluntarios, van a conocer muchas culturas e idiomas sin salir de casa, van a tener muchos amigos de todo el mundo, van a romper estereotipos, ser más tolerantes, más empáticos y desde tu comunidad vas a poder aportar un granito de arena e impactar muchas vidas para la construcción de un mundo más justo y pacífico.
Nunca tengan miedo, nunca digan no puedo porque todos podemos y cuando queremos las cosas son posibles.
Ser persona contacto de un participante de intercambio, es una experiencia única.
Es simplemente genial y una experiencia que no tiene comparación. No solo vas a tener un amigo de por vida, porque los lazos que se crean son indestructibles y de cierto modo las familias naturales de ellos se convierten también en tu familia, sino que también vas a ser esa mano derecha, ese mejor amigo para el participante de intercambio y ayudarlo a que su experiencia en nuestro país sea muy agradable. Conoces una nueva cultura e incluso llegas a aprender un poco de ese idioma o de los idiomas que hable el participante, puesto que no solo el participante aprende de ti y de tu cultura: tú también aprendes del participante. Es un aprendizaje y crecimiento personal mutuo.
He sido persona contacto de cuatro participantes de intercambio. Dos jóvenes italianas, una belga y una tailandesa. Todas han vivido su experiencia de manera diferente, pero en todas hemos gozado juntas esta experiencia de ser persona contacto-participante y más que eso de ser amigas y el ver como aún así estando a miles de kilómetros de distancia saber que nos tenemos a la otra sin importar la situación es genial. Puedo decir que sin importar que los participantes sean de un mismo país la experiencia que viven y su forma de ser es totalmente diferente y esa diferencia hace únicos a cada uno.
Llegar a muchos jóvenes y personas en tiempos de pandemia, es más una fuente de aprendizaje que de desventajas
Y totalmente, los aprendizajes son demasiado grandes, son geniales. En 2020 participé de eventos virtuales magníficos, en los cuales, en todos los temas centrales era el valor que tenemos como seres humanos y cómo las diferencias nos hacen únicos. Facilité, co-facilité y fui moderadora de varios encuentros virtuales de la red ALEI y conocí a otros voluntarios de AFS y del centro Ana Frank, donde impactamos y vivimos grandes momentos con jóvenes de todos los rincones de América Latina. Muchos dirán que por ser virtual no tendríamos tanta acogida, pero fue todo lo contrario, los jóvenes quieren aprovechar su tiempo y comenzar a dejar huella en sus comunidades.
Todos somos capaces de alcanzar nuestros sueños y dejar huella en la vida de los demás
¡Anímate y comienza a escribir tu propio #AFSeffect desde el voluntariado con AFS Colombia!
Para ser voluntario de AFS inicia el proceso en www.afs.org.co/voluntariado-local